El Derecho a una Vivienda Adecuada

El Derecho a una Vivienda Adecuada

¿Cómo definiríamos una vivienda definitiva?

I) En primer lugar, como un derecho social que no se encuentra expresamente en nuestra Constitución Política;

II) Es un derecho estipulado en instrumentos internacionales (declaraciones, tratados, pactos), cinco de ellos ratificados por nuestro país, principalmente en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;

III) Sin perjuicio de lo anterior, hay quienes señalan que por tratarse de un derecho humano consagrado en instrumentos, pactos y tratados internacionales, se entiende incorporado implícitamente vía el artículo 5 inciso segundo de la Constitución;

IV) Se trata también de una política pública en Chile, que mas allá de ser exigido como un derecho, termina siendo muchas veces la aceptación de una “casa de 38 mts. cuadrados aproximadamente”, con redes sociales cortadas, en las periferias de las ciudades, creando verdaderos campamentos de ladrillos del siglo veintiuno;

V) Para quienes la anhelan, la vivienda es un sueño, un deseo y una proyección de vida;

VI) ¿Para mí? La vivienda definitiva es la base y el sustento de otros derechos que se relacionan directa e indirectamente: educación, acceso a la justicia, empleo, salud, medioambiente, integridad física y psíquica, privacidad, vida familiar, entre otros, ya que sin la existencia del derecho a la vivienda se impide en gran parte el desarrollo de estos otros derechos.

VII) Para que todo lo anterior sea posible y para que podamos tener una clara definición, más que seguir exigiendo un “derecho a la vivienda” a secas, nuestro desafío es trabajar y seguir luchando por el “Derecho a una Vivienda Adecuada”, que mas que contar con un techo, se debe respetar la seguridad jurídica en la tenencia (propiedad); disponibilidad de servicios, materiales e infraestructura (salud, seguridad, comunidad, servicios públicos, instalaciones sanitarias); gastos soportables (evitar endeudamientos irrisorios); habitabilidad (garantizar la seguridad física de sus habitantes); asequibilidad (considerando a los grupos vulnerables); lugar (acceso a opciones de empleo, servicios de atención de salud, escuelas, etc) y adecuación cultural (respeto de la identidad cultural y diversidad de la vivienda).

Hoy en día, la concreción de un “Derecho a la Vivienda Adecuada” necesariamente debe relacionarse con la proyección deBarrio” e ir estrechamente de la mano con el trabajo comunitario, con la participación en la Habilitación Social, con los procesos técnicos adecuados, y por sobre todo, el comprender y proyectar la idea de “Barrio” desde, para y con las personas. En definitiva: más familia, mas barrio, mas ciudad.

Solo así podremos comprender y hacer realidad la frase que dice: “que el techo no sea nuestro techo, sino nuestro piso para soñar más alto”.

Definitivamente y ahora más que nunca: Esto No para ¡¡¡ tomate el Techo ¡¡¡

Gustavo Fuentes Gajardo

Coordinador Plan Jurídico

Fundación Un Techo para Chile

Región de los Ríos